Señora Directora:
Comenzó a concretarse un deterioro en las condiciones de financiamiento que ofrece la banca para el desarrollo de proyectos inmobiliarios, reflejado en las tasas de financiamiento, montos, garantías etc. Esto genera un impacto en el número de nuevos proyectos que se sumen a la oferta y establece impactos a nivel país, tanto en el empleo, como en proveedores y otros.
Lo que es más grave es el efecto que la menor oferta tendrá en el precio de venta de las viviendas, conocida como «crisis de acceso a la vivienda», empujando los precios al alza.
Algunos dirán que las restricciones a los créditos hipotecarios moderarán ese impacto, pero eso es solo para los que hoy tienen una promesa vigente, no para los compradores nuevos.
El Estado debe jugar un rol relevante, generar medidas que incentiven el desarrollo de nueva oferta y faciliten a las personas el poder comprar una vivienda. Ya lo hizo en anteriores crisis, con el beneficio tributario de la deducción de los intereses de los créditos, el subsidio de renovación urbana, entre otros. Si no toma medidas que puedan moderar el efecto de esta crisis, el impacto lo sufrirá el ciudadano común, que sigue soñando con una vivienda propia.
Cristian García Signorio
Gerente General Inmobiliaria Devisa
